El despertar popular alrededor de las protestas contra la Junta Central Electoral nos ha regalado algo increíble: la posibilidad de encontrar héroes entre nosotros mismos. Pero también, porque somos humanos complejos, esta situación también nos ha llevado la contrario: a buscar villanos entre nosotros mismos.

Una de las supuestas villanas que surgió de todo esto fue Leidyn Bernárdez, una figura conocida en Instagram, TikTok y Twitter por la acidez de su humor y por su defensa de la belleza femenina en todos sus tamaños. ¿Su momento #sorrynotsorry? Temprano en la mañana el domingo de las elecciones municipales publicó en Twitter que en vez de votar se quedó haciendo pancakes en su casa. Menos de tres días después estaba protestando en la Plaza de la Bandera, con su respectiva foto en su feed de Instagram documentando el acto.

Muchos ahí vieron un acto de sonidismo, de incongruencia, de hipocresía. De hecho, la comparación de esos dos momentos, con sus recibos y pantallazos, corrió veloz por grupos de WhatsApp y las críticas llovieron. De ahí Leidyn sacó una cadena de tres tuits explicando lo que había sucedido entre ambos momentos, defendiendo su derecho a cambiar de opinión políticamente.

Yo, por mi profesión, no puedo evitar verlo como un caso de estudio en comunicación. Lo primero que pensé fue: si hubo un cambio de opinión entre el primer y el segundo momento, se saltó pasos al contar esa historia. Lo segundo que pensé fue: esto es una Maenada. Así que fui a la fuente, conversando con la propia Leidyn sobre la situación. ¿Qué sucedió realmente? ¿Qué aprendió? ¿Y qué pueden aprender todas las marcas personales sobre su experiencia?

Maeno: Yo soy de quienes piensan que si uno se debe a un público, es importante hacer la historia completa para que las cosas tengan sentido.
Leidyn: Yo lo expliqué, pero la persona que comenzó la controversia al compartir [el contraste de los dos posteos] por primera vez estaba buscando que me sintiera humillada. Y fue todo lo contrario: fue tan positivo que toda la gente que al igual que yo no votaba por temas de corrupción y manipulación de elecciones… bueno, esa gente dijo que así como Leidyn, ellos también.

Maeno: ¿Cómo respondiste a las acusaciones de querer sonar?
Leidyn: Sonido tengo yo, likes ya uno coge. Muchos jóvenes en este país, que por edad les tocaba comenzar a votar en estas elecciones, vienen de familias con años sin votar porque sus padres no tienen la esperanza de que las elecciones van a ser limpias. Ellos tampoco votaron el domingo. Por eso, cuando todo explotó, yo entendí que de ahí iba a salir algo positivo.

Maeno: Pero, ¿te arrepientes de haber comunicado tu mensaje de esa manera?
Leidyn: Yo no me arrepiento de lo que dije. De hecho, yo no pienso votar hasta que vea que lo que estamos haciendo con las protestas va a tener un resultado en el tema de transparencia. El hecho de que esto haya pasado sí me dejó ver cómo la gente se deja llevar por la controversia, en vez de pensar en quién más se puede identificar con el mensaje que se está dando. Igual que me pasó a mí, otras personas vieron mi caso y se decidieron a alzar su voz.

Maeno: Tú saltaste del pancake a la protesta sin explicación de por medio. No fue sino hasta un buen tiempo después que sacaste tres tuits explicando tu cambio de mentalidad. ¿Por qué no hablaste antes?
Leidyn: No fue por la gente que me comenzó a atacar. Para nada. Fue por la gente que, como yo, podía haber tenido un despertar político causado por esta situación. Cuando suspendieron las elecciones yo pensé que era un chipeo al cual ya nos tienen acostumbrados, como cuando la gasolina sube. Pero cuando vi que esto era algo más grande, me dije: No podemos aceptar normalizar una situación como esta. Ahí yo entendí que tenía que hacer algo por todos los que no habían ido a votar por falta de esperanza. Yo hablé no por el que me atacaba, sino por el que me seguía y me pedía razones.

Pero mira: yo desperté la misma noche del tuit de los pancakes. Otra gente despertó el primer día de las protestas, y otras despertaron ayer. Ninguno es mejor que otro. No importa tu proceso, si eres apolítico, si votas o no votas. No se puede juzgar el proceso de despertar de otra persona.

Maeno: Pero como tú estás expuesta públicamente, mucha gente pasó del pancake al despertar. Lo que se ve desde fuera es que si tú no documentaste la transición, no pasó. ¿Si uno no documenta las cosas en redes sociales, no pasan?
Leidyn: Para ellos, yo debí subir un vídeo explicando todo. Yo pienso que no es necesario dejarle saber a la gente eso.

Maeno: ¿Qué aprendiste de todo esto?
Leidyn: Que aunque uno sea apolítico debe estar al tanto con lo que está pasando en la política del país.

Maeno: A raíz de esta experiencia, ¿en el futuro hablarás menos o más?
Leidyn: Cuando te cohibes de ser quien eres atento a la gente, no estás siendo. Yo quiero seguir igualita. Si me cohibo de ser yo por estar expuesta en las redes sociales, entonces estoy tomando el mal camino. Este tipo de situaciones me hacen desarrollar más fortalezas en cuanto al manejo de controversia, porque sé que esta no va a ser la última. Esto me está pasando mientras crezco. Este es el momento en que deben de pasarme.

[Nota: Esta entrevista fue realizada el viernes 21 de febrero]

Me llegó muchísimo la idea de Leidyn de que, al igual que la parábola del hijo prójimo, debemos respetar el proceso de despertar de cada quien. Y es más, yo lo llevaría más lejos: debemos respetar las verdades relacionadas al momento de vida de cada quien. Una decisión no es mejor o peor que otra, sino que deben ser juzgadas por la validez que tengan para quien las toma. El Maeno de 21 años hubiera hecho exactamente lo mismo que Leidyn, por valorar la autenticidad por sobre todas las cosas; el Maeno de hoy, que le lleva una década, sí hubiera lanzado ese vídeo explicando el proceso, por valorar la tranquilidad sobre todas las cosas. ¿Por qué? Porque he aprendido que si no contamos una historia completa, la gente se va a encargar de llenar los espacios vacíos según les convenga.

Por eso me parece tan fascinante este caso: por un lado, es parte del debate de qué tanto de sus vidas y sus explicaciones le deben los influenciadores al público que los sigue; por el otro, reconfirma mi posición de que todo comunicador, sea una persona o una marca, debe manejar su narrativa, llenando todos los huecos posibles. En el caso de ustedes, ¿qué lección han sacado de esta situación?

Capturas cortesía de Leidyn Bernárdez

El caso de Leidyn, la protesta y las acusaciones de sonidismo

Categoría: Maenadas
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