Lo digo con conocimiento de causa, dados los pleitos que se han armado en mis grupos de whatsapp por estar pasando noticias sobre el coronavirus: hay que aprender a filtrar la información que uno recibe no de manera agresiva, sino consciente. Además está lo más importante: ponerse en los zapatos tanto de quien lo manda como de quien lo recibe, porque no todos manejamos el estrés de la misma forma.

¿Y por qué? No solo para evitar ronchas, sino también para que no nos saturemos y con eso lleguemos al extremo de cegarnos o de obviar información que podría ser provechosa para nosotros. Yo que vivo mirando el panorama de la comunicación cinco pasos más adelante, me pregunto: ¿Hasta qué punto aguanta uno este tipo de noticias a diario hasta que el cuerpo y la mente dicen “basta”? Si embargo, también me digo que tenemos que saber la información para así aprender y tratar de prevenir las cosas en el momento adecuado. Lo digo porque el otro lado de la moneda es cogerle tirria a las noticias del coronavirus, y eso también puede ser peligroso.

Por eso quiero compartir con ustedes las cinco decisiones que me han permitido no perder la cabeza en estas dos semanas de aislamiento social.

[1] Dosificar la exposición a la información

Yo he tomado prestada una técnica del periodismo: yo leo solo hasta el subtítulo, y como mucho tres de las cinco Ws — quién, cuándo y dónde —. Así estoy enterado pero no desarrollo la novela en mi cabeza. ¿Y han visto cómo hay personas compartiendo sus agendas desde el aislamiento? ¿Han visto cómo le dedican una hora al ejercicio y media hora a regar las plantas? Pues yo así mismo le dedico exclusivamente media hora a los grupos de WhatsApp que me mandan noticias sobre el virus. Con eso, en vez de vivir tenso el día entero, me preparo mentalmente para manejar los mensajes con prudencia. Es menos morbo y más saber que se pueden manejar las cosas en caso de verse en una situación difícil.

Y hablando de grupos de WhatsApp que me mandan noticias…

Si esa avalancha de noticias los pone tensos, aplíquenle la técnica de Marie Kondo a sus grupos de WhatsApp

[2] Filtrar los grupos de WhatsApp

Yo creo en ser lo más transparente posible con la información. Por eso, preparé un pequeño comunicado estándar para los grupos de WhatsApp de los cuales responsablemente me salí en estos días. Les expliqué que nos volvíamos a ver una vez pasara esta crisis, porque mientras tanto iba a dedicar mi energía exclusivamente a los grupos de mis familiares y mis amigos cercanos.

Hay grupos en los que uno no pinta nada en estos momentos, y hay que ser juicioso y celoso con su salud mental. Si esa avalancha de noticias los pone tensos, aplíquenle la técnica de Marie Kondo a sus grupos de WhatsApp.

[3] Analizar qué tipo de persona es cada quien

Nadie sabe cómo va a actuar en momentos de crisis. Algunos se quedan en Belén con los pastores mientras que otros se vuelven clones de Nuria Piera. Unos se tapan los ojos mientras otros prefieren ser realistas. Y justamente por eso hay que saber respetar el tipo de persona que es cada quien. No puede uno abrirle la boca y forzar a alguien a comerse sus noticias escalofriantes si no quiere recibirlas; tampoco puede uno culpar a la persona proactiva que quiere estar al tanto y delante de todo. No todo el mundo digiere la información y el estrés de la misma manera, y hay que tratar de pensar como el otro. Tampoco hay que exaltarse cuando escuchamos o leemos algo que entendemos está mal — y se los digo porque ya me pasó —.

Si los posteos no educan ni entretienen ni son útiles, hay que pensárselo dos veces antes de darle al botoncito

[4] Calmarse con los posteos desde casa

Me llama mucho la atención el hecho de ver tanta gente dándose bombo en Instagram por lavar la ropa o suapear o limpiar la nevera. A todos nos toca buscarle la vuelta a las cosas en estos días y no es algo especial, sino esperado. ¿Ellos están seguros de que es lo que sus seguidores quieren ver en estos momentos? Si esas personas antes hablaban de moda o de deportes o hasta de viajes, ¿no es más interesante y mucho más lógico mostrar cómo se están adaptando a lo que nos ha tocado?

Ahora, con esto no digo que todos los live ni todos los tutoriales son malos: yo le he sacado provecho a los mini-conciertos de artistas escénicos, a los tips sobre cómo doblar las sábanas elásticas y a las recetas de platos nutritivos con pocos ingredientes y muchos me han sacado una carcajada cuando se burlan de ellos mismos. Pero, ¿qué tiene todo esto en común? Que son cosas que o educan o entretienen o son útiles para la nueva cotidianidad trancada. Si esos posteos o esos live no caen bajo esas categorías, entonces hay que pensárselo dos veces para darle al botoncito, porque verdaderamente no aportan.

Como muchos tenemos la dicha de poder estar trancados entre cuatro paredes en estos días, hay un tsunami de contenido saliendo desde nuestras casas. Pero precisamente por eso, recuerden: señores, no es necesario estar posteando contenido cada cinco minutos. Esos posteos forzados o producidos por el aburrimiento terminan siendo comida chatarra en vez de alimento mental y emocionalmente nutritivo, que es lo que todos necesitamos ahora. Hay que calmarse.

[5] Identificar los excesos en redes sociales

De hecho, esta es una buena oportunidad para calmarse en redes sociales a un nivel todavía más alto: marcas, cuando regresemos a la vida normal, no queramos bombardear todo al mismo tiempo.

En Maeno&Co hace un par de años teníamos la estrategia del blitz de Instagram para los lanzamientos de nuestros clientes: de repente, ustedes veían que todo el vivo en sus feeds posteaba algo sobre una pizza nueva o sobre el lanzamiento de una máquina de café, o que un evento salía en 10 periódicos el mismo día. Ya las cosas no funcionan así, porque en ese momento era novedoso pero hoy se corre el riesgo de generar tirria entre el público. Por eso, y en parte en base a estas lecciones aprendidas en tiempo de coronavirus, yo mismo he tomado la decisión de asesorar a mis clientes para que, en el futuro cercano, dosifiquemos la información con la periodicidad que se merece. Tenemos que bajarle a esos excesos.

Cómo manejar el bombardeo de información

Categoría: Maenadas
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