Yo antes decía que, como mi trabajo conlleva estar en eventos y vivir rodeado de gente todo el tiempo, los fines de semana prefería recargar energías emocionales quedándome trancado en la casa. Yo era feliz con ese pequeño equilibrio. Ahora que ese tranque es forzado y total, me doy cuenta de cuánta falta me hace su contraparte para mantener mi salud mental.

Seguramente lo mismo le está pasando a ustedes en su nuevo día a día, en esta covidianidad. Quizás hasta se han dado cuenta de que no hay nada que dispare los pleitos entre parejas y familiares como la fricción constante, porque nuestra presencia está en estado puro y sin diluir por el trabajo o las diligencias o las salidas sociales. Todo el mundo está peleando, con los nervios de punta — y esos grupos de WhatsApp están que botan fuego —.

Por eso consulté a una profesional de la salud mental, Valentina Vargas, para que compartiera sus recomendaciones para ayudarnos a cuidar nuestro bienestar emocional en estos días tan monótonos como impredecibles. Valentina tiene más de 20 años de experiencia como psicóloga clínica — y en particular en primeros auxilios psicológicos, algo que se está implementando con éxito globalmente en situaciones de catástrofe colectiva, como esta —. Aquí están sus consejos.

LA EXPERTA: VALENTINA VARGAS
Psicóloga clínica

[1] Consumir la información de forma racional

Para no generar miedo o pánico, estrés o ansiedad anticipatoria, necesitamos consumir la información de forma racional. ¿Qué significa esto? La primera reacción que tenemos ante estas informaciones es el descontrol emocional, y por necesitamos que antes de ser evaluada o expresada al núcleo familiar pase por algún tipo de cedazo. Hay que evitar el exceso de información y ocupar el sentido común, porque no todas las noticias y lo que llega por los grupos de WhatsApp van a ejercer una influencia sana. No se puede traspasar información poco científica que genere o aumente el pánico.

El miedo en los seres humanos genera un nivel de estrés muy negativo, y todo nivel de estrés alto genera respuestas biológicas en los organismos, que degeneran tanto el funcionamiento metabólico como su salud en términos físicos. Mientras más miedo generamos individualmente, esto implica una inmunodepresión del sistema que nos protege. El miedo solo puede generar más inestabilidad emocional y del funcionamiento básico del organismo.

Por eso recomiendo pensar esto: quien debe ser racional eres tú. No podemos exigirle un patrón de racionalidad al otro, pero sí podemos consumir de forma racional. Tenemos que esperar que todo el mundo hable, se relaje, bote y vomite, y luego de forma muy autocontrolada generar una discriminación informativa. Apelemos a las características que tenemos como seres humanos — porque aplicar el sentido común es algo que nos identifica como organismo —.

[2] Determinar cuáles son los grupos de importancia

Tenemos que mantener activos los grupos determinantes, tanto en redes sociales como en WhatsApp. Tenemos que mantener la comunicación necesaria con los grupos de importancia. Y ojo: el tipo con el que jugamos dominó no es un grupo de importancia. Esos son los grupos que tienen de generar desinformación, porque quizás tienen percepciones distintas de la situación. Hay que tratar de suprimir los grupos irrelevantes a los que pertenecemos, porque necesitamos impedir una contaminación negativa. Hay que reducir los grupos de pertenencia y quedarse con los de más importancia.

[3] Mantener y proyectar una actitud positiva

No nos estamos muriendo nosotros, pero hay gente que se está muriendo. La actitud ante esto debe ser lo más positiva posible. Necesitamos resistir y que nuestro entorno resista. No es tapar la realidad, sino promover la esperanza y la alegría. Al lavarnos las manos, practicando el distanciamiento social, no andar visitando gente y saliendo de casa solo lo necesario nos estamos protegiendo… y cuidándonos nosotros cuidamos a los demás. Al llegar a la casa lavemos la ropa, pongamos la mascarilla al sol o desechémosla y hagamos todo con actitud positiva, sin actitud de pánico. Eso aumenta nuestras endorfinas, dopaminas y serotonina a nivel de neurotransmisores. Esto posibilitara a la larga, una mejor resistencia orgánica a los embates de la pandemia. Pero mantener una actitud positiva no significa tapar el sol con un dedo, mantenga todas las medidas de seguridad sanitaria, no se confié, hágalo por ud y por los demás, pero sea positivo y proactivo, colabore, sea solidario, haga lo que este a su alcance para que su entorno y ud mismo se mantengan sanos y asertivos.

[4] Mantener la ansiedad a raya con ayuda física

Si nos encontramos en un núcleo familiar hay que evitar estar peleando por tonterías. Hay que organizar la vida familiar, porque somos un grupo social con capacidad de organizarnos. Imaginen una madre sobregirada porque debe teletrabajar, atender el lavado, la cocina y el aseo. Hay que dividir las tareas.

Esto tiene un beneficio colateral para todos: mantener la actividad física rebaja la ansiedad. La actividad debe ser física, no solo intelectual, para mantener a raya la ansiedad. Esto es porque tiene la característica de invadirnos con pensamientos negativos que seguimos rumiando — y no hay libro o película que pueda pararlo —. Sin embargo, si nos ponemos a cocinar y regar las matas o a hacer un poco de ejercicio, la ansiedad baja. Por eso, al repartir las tareas de la casa de forma colectiva estamos ayudando a minimizar los patrones de ansiedad de todos.

[5] Usar las herramientas de relajación

Aquellos que tengan una buena disciplina con estructuras de relajación o meditación, o práctica en yoga y pilates, deben poner en práctica lo que conocen. Eso ayuda a evitar las crisis internas, porque no sabemos cuánto va a durar esto… pero desesperarnos no es el camino.

Cuidar la salud mental desde la covidianidad

Categoría: Maenadas
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