Maenadas

Muchas veces siento que, en materia de criticar, ni Usain Bolt le gana a la velocidad con la que agarramos el celular para teclear veneno. Esto es parte de lo que les comentaba en una Maenada pasada. Pero eso no me sorprende, porque al fin y al cabo somos humanos y es parte de nuestra naturaleza. Lo que sí me sorprende es lo lentos, poco empáticos o hasta incapaces que somos a la hora de alabar lo bien hecho.

Un piropo que sale del corazón es un regalo para una relación interpersonal, pero un piropo que sale del cerebro vale por dos para una relación profesional. Me explico: ya algunos hemos apagado el ego a la hora de aplaudir algo personal en los demás —ahí entra un piropo cuando alguien tiene el bonito revolteao, cuando a alguien le quedó bella su casa o cuando la comida está que se merece cuatro estrellas Michelín—. Sin embargo, nos cuesta muchísimo más utilizar esa misma mecánica para dar un piropo profesional. ¿Y saben qué es lo peor? Que muchas veces no es malicia, sino que no nos imaginamos la importancia que tiene para quien está del otro lado.

“¡Qué bonito quedo todo!” no es un piropo bien horneado

En Maeno&Co realizamos eventos con frecuencia, y lo digo en serio: la clave del éxito de lo que hemos hecho se debe en gran parte a esos piropos profesionales que nos indicaron cuál era el camino correcto. Mucha gente no se imagina el sudor y las neuronas que hay que ponerle a la producción de un evento; por eso, cuando alguien se fija en un detalle que costó trabajo y lo resalta, es casi como una consultoría gratuita (y muy apreciada).

Pero ojo: “¡Qué bonito quedo todo!” no es un piropo bien horneado. Yo creo que el sistema educativo dominicano hace demasiado énfasis en el qué y no en el por qué, usando mucha botella, introducción, desarrollo y conclusión en vez de análisis y opinión personal, y por eso crecimos sin desarrollar esos músculos mentales que nos permiten contextualizar nuestra opinión. Por eso, un piropo al dente sería: “Qué buena elección hicieron con la moderadora del panel, porque era un tema difícil de tratar, pero ella lo desmenuzó todo con humor para que cualquier ciudadano de a pie lo entienda”. Eso, por ejemplo, nos deja saber que ese talento conecta con el público, y debe ser nuestra primera elección a la hora de realizar eventos que conlleven conversaciones sobre el escenario.

Lo bueno necesita ser amplificado para que cree precedente y entonces tendencia

O no tiene por qué ser un evento. Quizás es algo que ven por redes sociales. Muchas veces no decimos nada porque pensamos que la empresa o el equipo ya lo saben, pero de nuevo: un piropo es una confirmación de que algo ha conectado con el público, y las empresas entonces ajustan la brújula para ir a este nuevo norte. Entonces pónganse a pensar: ya que ustedes tienen el poder a través del celular de comunicarse con cualquier persona o empresa, ¿por qué no reforzar lo bueno? Si comienzan a hacer eso, es muy probable que con sus opiniones encaminen al mercado hacia algo que vaya más acorde con lo que ustedes buscan. Muchos queremos aportar a la inclusión, a las medidas sostenibles, a la equidad de género. De corazón, se los digo: para todo eso, una crítica negativa ayuda muchísimo, pero un piropo también. Ambos ayudan a moldear la sociedad según lo que queremos ver, porque lo bueno necesita ser amplificado para que cree precedente y entonces tendencia.

Pero en la agencia decidimos no esperar a que esto cambie, y lo vamos a cambiar nosotros: si la montaña no va a Maeno&Co, Maeno&Co va a la montaña. Si asisten a uno de nuestros eventos en el futuro próximo, se van a dar cuenta de que vamos a estar con carpetica en mano dando carpeta, preguntándoles qué les gustó y qué no de lo que acaban de vivir. Vamos a abrir el horno y a sacarles tanto las críticas negativas como los piropos, porque esa es nuestra energía renovable para seguir mejorando.

Por eso, ¿quieren mejores empresas, mejores eventos, mejores talentos, mejor servicio, mejores colegas, mejores anuncios, mejores películas, mejores ambientes de trabajo, mejor lo que sea? Entonces hay que dejar de comerse los piropos.

Maenadas

Cuando Maeno&Co comenzó, el panorama de la prensa social operaba así: las revistas de estilo de vida estaban rellenas de pliegos, así que había espacio para publicar un número relativamente amplio de actividades. Sin embargo, como en un día cualquiera pueden estarse celebrando 15 mil eventos sociales en la ciudad, había competencia. Para salir a tope, en la agencia nos esmerábamos por contratar los mejores fotógrafos sociales, orientar a la gente sobre cómo posar, hacer unas escenografías fabulosas para que las fotos llamaran la atención, trabajar con conceptos interesantes para los eventos y botarnos con las notas de prensa. Había, hasta cierto punto, una democracia: un porcentaje de los espacios estaba dedicado a los anunciantes, para agradecer su apoyo al medio, pero el resto le pertenecía a los eventos más llamativos. Por eso, durante años, los eventos de Maeno&Co estaban como arroz blanco en las páginas de todas las revistas y periódicos.

Ustedes están leyendo esta Maenada hoy desde un celular o desde su computadora, y por tanto son protagonistas del cambio: los medios impresos han visto sus ganancias caer por la competencia digital. En algunas revistas el número de páginas de publicidad ha bajado, y eso ha hecho que las secciones de eventos sociales, o algunas portadas, estén destinadas a los anunciantes.

Los medios impresos han cambiado su estrategia para asegurar su supervivencia

No estoy en contra de esa situación. De hecho, aplaudo la manera en la que los medios impresos han cambiado su estrategia para asegurar su supervivencia. Me rehuso a pensar que algo tan valioso como la prensa escrita desaparezca, y por eso entiendo este tipo de decisiones. Sin embargo, esto ha afectado a Maeno&Co: hay muchos clientes que todavía no entienden que salir en la prensa hoy es mucho más costoso de lo que parece. Literalmente, es costoso: para llegar a editorial hay que pasar por ventas. ¿Se lo encuentran conflictivo? Yo opino que no necesariamente. Mírenlo de esta forma: un evento social no tiene el peso de una noticia nacional o política, y no acarrea los problemas de ética periodística que llevan estas dos. Es simplemente que debemos ver estas secciones como un influencer, te contrato para promocionar dicho producto y esto lleva una remuneración económica.

Por eso, imagínense mi situación en la agencia. Estoy ya cansado de escuchar a clientes que me insisten en que, con un evento creativo y buenas fotos van a lograr un rincón en los medios escritos, esto a veces puede ocurrir, pero no con frecuencia. Yo puedo hablarles de cómo a una de las marcas más grandes y queridas de este país tienen meses sin sacarle un solo evento en prensa, porque no han invertido un peso en colocación. Las cosas ya no funcionan como antes, y es hora de que todos nos adaptemos.

Hay que ser muy estratégico si no cuentan con presupuesto de colocación en prensa

¿Cómo podemos adaptarnos? Ajustando nuestras expectativas como clientes. Hay que ser estratégico con la inversión, y saber qué debe ir en prensa escrita y qué funciona mejor con difusión digital. ¿Mi recomendación? Si quieren salir en prensa y no tienen un gran presupuesto, es más conveniente meter todos los huevos en una sola canasta. Yo ahí sugiero prometerle fidelidad a un medio, una fidelidad que seguramente será recompensada. Me explico: si cuentan con un presupuesto de 100 pesos, apúntenlos a un solo medio, para tener una publicación relativamente asegurada. Encima de eso está la gestión y estrategia de comunicación que preparamos en Maeno & Co., así como la negociación de pautas, que conlleva un presupuesto adicional.

¿Y si no tienen ese presupuesto? Entonces piensen en si valdría mejor la pena hacer una cobertura digital en vivo del evento, trabajar colocación en redes o hasta pensar en un nuevo medio —por ejemplo, convertir una valla out-of-home en un fondo fotogénico para Instagram, donde la difusión la haga el público—. Hay mil formas de llegar al público y comunicar el mensaje. Lo importante es saber que una de ellas, la que sale en papel, ya no funciona como antes. Si todos estamos claros con eso, entonces las cosas pueden funcionar mejor, para todas las partes involucradas.

Maenadas

Unos dirán que Gaby Castellanos es una visionaria de la publicidad o una estratega de redes sociales, pero para mí es un tirapiedras profesional para todo el que trabaja en comunicación: es increíble la precisión y la puntería que tiene para lanzar la verdad directo al blanco, aunque duela.

En los últimos años he tomado decisiones dolorosas pero necesarias para el crecimiento correcto de Maeno&Co, y me dije que iba a tomar otra más: enfrentarme a quemarropa al aprendizaje con ella. Por eso, hace unas semanas metí ropa y valor en mi maleta y asistí a un campamento de engagement que ella realizó en Miami, con una jornada completa para solo 30 personas.

¿Y saben qué aprendí de ella ese sábado? Mucho. Aquí les comparto un resumen.

[+] Un like no es una venta

¿Recuerdan cuando les dije que yo creo en los micro-influenciadores? Ella piensa igual: hay gente con cientos de miles de seguidores que no vende ni un jarrón de flores, pero otros con cinco mil venden 700 jarrones con una campaña similar. ¿La diferencia? El público nicho que sigue al micro-influenciador es adicto a la decoración y las flores. Lo masivo tiene su fin, pero lo nicho tiene su gracia.

Igual hay que repensarse el medio donde uno se anuncia. Si Instagram es lo que está de moda pero la mayoría del público que usa el producto o servicio que uno vende prefiere Facebook o hasta WhatsApp, ahí es que hay que estar. Hay que dejar de pensar que lo que funciona para la mayoría también debe obligatoriamente funcionar para uno, sin antes estudiar a quién uno le está hablando.

[+] Marcas: pónganle atención al público LGBTQ

Tomemos una pareja de heterosexuales AB en la treintena y una pareja de gays en la treintena, ambos en Santo Domingo. Podemos apostar lo que sea a que los primeros tienen al menos un hijo, mientras que los segundos como mucho tienen un perrito. ¿Quién tiene más dinero para gastar en ropa, viajes, gimnasio especializado, restaurantes, tratamientos estéticos y demás experiencias de lujos? Obviamente no los que pagan colegio, ropa infantil y niñeras. Aunque eso ya lo entendieron hace rato Estados Unidos y Europa al hablarle a las parejas DINK — Dual Income No Kids —, aquí en República Dominicana ese efecto se está comenzando a sentir. Por eso, a los productos y servicios que ofrecen lujo: comiencen a pensar en cómo hablarle al público LGBTQ joven.

¿Y por qué estoy hablando de capacidad de gasto discrecional en vez de enfoques éticos o de inclusión? Porque eso aprendí en el campamento: que en países donde el tema es difícil de tratar en público, como el nuestro, mostrar una oportunidad de venta muchas veces es más efectivo, y que la inclusión vendrá entonces por fuerza de la gravedad. El dinero es un idioma común para la mayoría de las personas, y es un lenguaje que muchas empresas entienden fácilmente. Es una verdad difícil de digerir, porque lo ideal es hacer las cosas por respeto y por igualdad… pero también hay que ser estratégico para lograr ciertas cosas cuando el panorama social es difícil.

[+] Al comunicar hay que dejar el ego a un lado

Cuando comencé el proyecto de las Maenadas, mi intención era compartir mis conocimientos profesionales, para convertir esta sección del blog en un manual para quienes aspiraban a realizar eventos o trabajar comunicación corporativa. Mi idea inicial era escribir algo de utilidad. Sin embargo, me di cuenta de algo importante: cuando me salía del guión y escribía algo que me salía del corazón, que tenía más utilidad social que utilidad comercial, ustedes me respondían con más fuerza y me hablaban sobre el valor que tenía que alguien apuntara el dedo hacia esa conversación. ¿Qué me recomendó Gaby cuando le conté esto? Pues, precisamente lo que estoy haciendo ahora: dejar mi ego profesional a un lado y valorar lo que tiene más valor para los lectores. ¡Jamás habría imaginado que ustedes querían leer mi posición sobre ciertos temas! Sin embargo, ustedes me han enseñado esa lección con las Maenadas… y es algo que pienso aplicar en todas mis facetas profesionales. Así que, tanto a ustedes como a Gaby: ¡Gracias por hablarme claro!

Maenadas

Yo sé que hay mucha gente ahora mismo que está obsesionada con La Sirenita, por causa de las noticias de casting que están saliendo de Disney, pero mi cuento favorito de Hans Christian Andersen es El patito feo. Y de hecho, es mucho más que una preferencia personal: es porque me ha ayudado en mi carrera. Muchos de nosotros nos pasamos la vida profesional queriendo ser patitos, tratando de imitar a todos los de cuello corto y patas palmeadas que hacen cua cua a nuestro alrededor. Muchos no nos damos la oportunidad de mirar más allá y de encontrar lo que verdaderamente somos más allá de lo que está haciendo el mercado. No nos damos el chance de darnos cuenta de que en realidad somos cisnes.

¿Pero por qué esto me ha ayudado en la carrera? Porque el cisne que se la pasa estresado mirando a los patos nunca busca nuevos caminos, para así llegar a extender sus alas y servir poses de cuello largo. En otras palabras: que uno tiene que dejar de estar metiéndose en una carrera o un camino profesional porque todo el mundo lo está haciendo, y en vez de eso, buscar el talento interno y dedicarse a hacer eso. Muchas personas tienen un grado de tranque mental tan grande que no salen de su zona de confort para experimentar y buscar lo que verdaderamente hace que uno brille. Cuando uno se dedica a lo que verdaderamente le dicta la intuición y la capacidad, no hay necesidad de estar viendo lo que hace la competencia, o tratando de emular el talento del otro. Prestar tanta atención a lo que hace el otro puede arruinar el camino propio — y hasta el de los demás, porque conozco a muchas personas que solo están satisfechas si pueden arruinar al otro.

Por eso, quisiera compartir las mentalizaciones que me han dado resultado. Quizás no todas sean aplicables a su situación, pero quizás algunas les sean de provecho profesional.

[+] Sepan para qué le dan sus alas

En República Dominicana sufrimos de una todología extrema. Muchas personas creen que lo pueden hacer todo, porque genuinamente no saben cuál es su talento, y por eso se rehusan a especializarse en algo. Lo primero que hay que hacer es una introspección intensa, para saber cuáles son nuestras fortalezas y así poder explotarlas. Hay que buscar lo que a uno le salga natural y dedicarse enteramente a eso. No hay una cosa que cause más problemas que alguien intermedio: no está ni de un lado ni del otro, y por eso no está ni en un buen negocio ni en otro.

El mercado dominicano está tan dinamizado que cada vez más está aceptando servicios especializados. Y dentro de este panorama, si uno quiere destacarse por su calidad, no puede abarcarlo todo. Por eso hay fotógrafos especializados en bodas y empresas que solo hacen congresos hoteleros, mientras que otras solo hacen eventos para niños. Mucha gente entiende que crecer es buscar nuevos mercados, pero como están las cosas, yo he entendido que crecer es subir la calidad dentro de su mismo mercado.

[+] Acepten que el otro no tiene la culpa

Cada vez que en Maeno&Co perdíamos una licitación, yo me lo tomaba personal. Me daba rabia. Duraba días molesto. Yo no entendía cómo, con nuestra capacidad creativa y de ejecución, no habíamos ganado ese contrato. Y entonces, al tiempo, veía lo que había hecho la empresa ganadora y me daba cuenta de que ellos estaban especializados en algo muy específico, desde tecnología hasta contrataciones internacionales. Ahí lo entendí todo: esos emprendedores buscaron su nicho y se enfocaron en eso. Esa lección me inspiró tanto que en Maeno&Co estamos especializándonos e investigando cada vez más. Por eso es que es bueno sentir sus piques profesionales, pero digerirlos y aprender de ellos lo más rápido posible. Quien se queda en la comodidad emocional de estar marinándose en ese veneno termina enchivándose.

¿Cuántos influenciadores ustedes ven que están vendiendo lo que no son? No saben la cantidad de perfiles que examino de personas que se venden como lujo cuando sus inclinaciones, preferencias y realidades no lo son. También veo personas que se venden como conocedores de lo fitness cuando todos sabemos que lo que verdaderamente conocen son los filtros. Pero ellos se están perdiendo de vender lo que verdaderamente son, y ser felices con una comunidad que nadie más puede tener. Cada persona es loca con algo, por interés de nicho que parezca, y es increíble lo que se siente poder compartir esas aficiones con un grupo de personas que comparten esa pasión. Muchas veces nos enfocamos tanto en meternos en el rol de un tipo de potencial, solo por que está de moda o deja dinero, que nunca le dedicamos tiempo a darnos cuenta de cual es nuestro potencial real. Nos lo debemos a nosotros mismos, por nuestra satisfacción personal y profesional. Hay que inventar e intentar, señores.

[+] … y luego véndanlo

Me dirán: “Maeno, pero las marcas solo quieren aliarse a la gente que hace este tipo de cosas”. En mi experiencia, eso es porque ustedes no han sabido venderse. Para vender algo nuevo hay que usar estrategia, pero sobre todo, hacer la tarea de investigación. ¿Cómo puede un tipo innovador de servicio transformarse en venta o en experiencias favorecedoras para una marca? Yo mismo vengo entendiendo el valor de la investigación en estos últimos años. Si se investiga el target y se le presenta todo esto con base a un cliente potencial, es muy posible tener un sí del otro lado. Como dice Wilson Chiang, el dream maker creativo de Maeno&Co, todo el que quiere vender algo debe hacer un trabajo de planning.

[+] Sepan a quién escuchar

De nuevo: no escuchen a la gente que dice cua cua, sino a la gente que hace como sea que es que hacen los cisnes. ¿Gru gru? ¿Shi shi? Ni idea: lo importante es que ustedes deben llevarse de su intuición para valorar la crítica que realmente es constructiva. Yo conozco gente que me tira pal’ hoyo solo para sentirse mejor sobre ellos mismos; he aprendido a no hacerles caso a su crítica y enfocarme escuchar a quienes tienen la intención de verdaderamente verme mejorar. Les recomiendo que hagan lo mismo.

[+] Sean como Paul McCartney, no como Madonna

El mejor álbum reciente de Madonna es Confessions on a dance floor. Es el último que siento verdaderamente auténtico, algo que salió de su intuición. Lo que ha hecho de ahí en adelante se siente como el deseo de ponerse al día con las tendencias, tratando de capturar a un público cada vez más joven. Comparen eso a Paul McCartney, quien sigue haciendo lo suyo con autenticidad para el público que siempre lo ha querido. Hace lo suyo tan bien, con una evolución orgánica dentro de su género, que mantiene a su público y captura jóvenes en busca de una oferta tradicional de calidad.

Miren a donde voy con esto: todos tenemos una etapa de fuegos artificiales, donde estamos en el lugar correcto en el momento correcto con el talento correcto. Pero he aprendido que los picos son buenos para prepararnos para las bajadas y para visualizar cómo innovar no tratando de ser como los demás, sino innovar haciendo lo que nosotros sabemos hacer bien. Hay que ser como Paul McCartney en vez de ser como Madonna. Todo el mundo tiene una vida útil de tendencia —menos JLo, que parece que va a seguir dando pelucazos con 80 años y todos la vamos a amar—. Es muy probable que en 20 años en mi faceta profesional yo no le esté hablando al mismo rango de edad que le hablo hoy. ¿Significa eso que estaré acabado? No: eso significa que tengo la oportunidad de mantener mi autenticidad a lo largo del tiempo. No puedo estarme preocupando en querer ser joven para siempre, porque entonces me pierdo de la madurez que dan los años. No todo el mundo es JLo… y eso no tiene nada de malo.

Maenadas

Tengo 10 años en producción de eventos, y por eso en Maeno&Co ya tenemos un manual aplatanadísimo: casi que hemos desarrollado un cronograma de convocatoria a prueba de dominicanidad. Eso significa que sabemos cuánto se debe invertir en una invitación impresa, el tiempo mínimo que toma la mensajería, la proporción real entre invitados y asistentes, y cuándo es adecuado recurrir al e-mail y hasta al WhatsApp.

Por eso, aquí les comparto las tres acciones que se deben tomar antes de un evento para asegurar una asistencia adecuada.

[1] LA LEY DEL PRINCIPITO

¿Ustedes creen que su evento es importante? Viene una cubeta de realidad: en esta ciudad hay como 10 eventos cada día compitiendo por la atención de los invitados. Por eso yo creo en el poder de indicar con tiempo cuándo se va a realizar un evento y qué tipo de ambiente se va a disfrutar ahí —después de todo, evento avisado no mata invitado—. En esta media isla con un mercado tan pequeño es muy probable que los públicos de esos 10 eventos se solapen varias veces, así que hay que mandar un flechazo a través de todo el ruido de los eventos que hay ese día.

¡Cuánto nos encanta dejar todo para último!

¿Y cómo se logra? Lo primero es salvar al cliente de su dominicanidad. Los eventos se pueden planificar seis meses antes, pero… ¡cuánto nos encanta dejar todo para último! Hemos tenido clientes que han querido producir invitaciones una semana antes de un evento, y tratamos de pararlo en seco con un plan de contingencia. ¿Por qué? Porque nada más dos semanas es lo que toma la distribución y la confirmación, sin contar la producción.

Miren la matemática. La invitación más sencilla del mundo se toma cinco días en la imprenta. Hay que crear un listado de invitados a la medida, porque ahora no es cuestión de llenar el sitio de gente, sino de invitar a las personas adecuadas que verdaderamente se identifiquen con una marca. Aparte, hay que entrar caras nuevas a cada mezcla, y para eso hay que dar mucho pulgarcito —dígase, irse por el agujero negro de Instagram estalkeando gente chula que va surgiendo, para ir integrándolos al universo social Maeno&Co—. Aparte hay que confirmar, para estar actualizados, dónde vive o trabaja cada persona, y eso toma todavía más tiempo. Luego esa base de datos debe llegar al servicio de mensajería, donde se trabaja por ruta —a nuestro servicio le toma un mínimo de tres días repartir 250 invitaciones—. Hay que dejar un margen de unos cuatro días entre la salida de las invitaciones y el acuse de recibo, para asegurar que las personas hayan tenido tiempo de leerlas. Luego hay que confirmar la asistencia, y eso son unos dos días adicionales.

Por eso, siempre digo que hay que trabajar las invitaciones un mes antes, porque esto nos da tiempo de hacer algo esencial: poner a los invitados a soñar con el evento. Si esa tarjetica le llega a los invitados tres días antes y no le damos tiempo de planificar su agenda, no van a entregarse en atuendo y alma a este evento. Es lo que yo le llamo La Ley del Principito, en base a esa cita hermosísima del libro de Antoine de Saint-Exupery.

“Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, a partir de las tres empezaré a ser feliz. A medida que se acerque la hora me sentiré más feliz. Y a las cuatro, me agitaré y me inquietaré; ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes en cualquier momento, no sabré nunca a qué hora vestirme el corazón… ¡Los ritos son necesarios!”

Hay que mandar las invitaciones con antelación para poner a esos invitados a ser felices desde las tres, y así saber a qué hora tienen que vestirse el corazón y la cuerpa. ¡Los ritos son necesarios!

[2] HAY QUE HACER INVITACIONES FORMATO KARDASHIAN

Les voy a dar un truco que nunca falla: ¿Saben cómo hacer para que su invitación se distinga entre la pila de 500 invitaciones que reciben los invitados más codiciados de República Dominicana? Fácil: háganlas formato Kardashian. ¿A qué me refiero? A que la mayoría de las invitaciones vienen en tamaños estándares, como las modelitos flacas que unos años atrás se robaban todas las campañas publicitarias. Si las hacen en formato Kardashian, “fortalecidas” y “nutridas” en sus… em… proporciones, van a tener una invitación en un tamaño diferente que inmediatamente va a llamar la atención entre la pilita. Así que este otro aspecto en la vida en donde… em… el tamaño importa.

Pero como dirán muchos y muchas, el tamaño no lo es todo… también ayuda ponerse creativo. Por eso en Maeno&Co tenemos un departamento de creatividad que no deja piedra sin levantar, desde Instagram rarísimos hasta exposiciones artísticas y películas, y así obtener inspiración para las invitaciones innovadoras de nuestros clientes.

El tamaño no lo es todo… también ayuda ponerse creativo

¿Y por qué tanto afán? Porque nada comunica que un evento se va a dar bueno, o que es interesante, o que es elegante, o que es una fiesta informal, como una invitación. Uno no puede mandar un cartoncito 2×2 y esperar maravillas. Ese es el trailer de su película, y es la gran encargada de que los invitados se animen a dar un sí a la hora de la confirmación.

Ahora, la invitación debe ir acorde al evento, porque la gente se viste y va acorde a lo que indica implícitamente ese cartoncito. Por eso es que, del lado opuesto, tampoco uno se puede volver loco con una invitación increíble para luego poner dos lucecitas blancas en el lugar de los hechos. Hay que ser coherente.

[3] ATIENDAN SUS CARTONES… O SUS E-MAILS

Importante: no todos los eventos requieren una invitación física. Hay eventos protocolares, tipo de asociaciones empresariales o de empresas con ejecutivos que sí o sí requieren esa formalidad.

Sin embargo, hay otras que dan pie para realizar una parte de la convocatoria en versión digital. Para esta nueva edición de Caminantes por la Vida se realizó un vídeo de expectativa, con tomas de todos los talentos que participaron en el vídeo musical. Se generó contenido interesante para que los mismos invitados quisieran compartirlo —así es posible apalancarse en los difusores—.

¿Y recuerdan cuando hace unas semanas se cayó la red de una compañía telefónica? Teníamos un evento programado para confirmar, así que cogimos una flota de la oficina y confirmamos a todos los invitados por WhatsApp. ¿Resultado? Aun por ese medio informal, la convocatoria fue de un 90 por ciento. He aprendido que lograr un punto medio entre la formalidad del protocolo y la realidad de nuestro día a día da mejores resultados que hacer las cosas a la antigua.

Y ahora, si me disculpan, tengo que ir a estalkear gente en Instagram para invitarlos a dos eventos interesantes que vienen por ahí.

Maenadas

En las reuniones que hacemos para escoger influenciadores para un cliente, he escuchado una y otra vez sobre cómo muchas marcas premium no quieren trabajar con alguien en particular. Y no porque esa persona no hace el esfuerzo de tener buen material, ni porque es irresponsable con los posteos —porque verdaderamente es una persona trabajadora—. La queja principal de los clientes es que esa persona al final no vende los productos, porque las imágenes que comparte muestran una realidad inaccesible por todas partes, desde la locación hasta el tipo de fotografía.

Yo he concluido que, como masa, le estamos dando con el látigo tanto a la gente que tiene feeds demasiado producidos como a la gente que muestra demasiado de su vida personal. Palo si boga, básicamente. Todos ellos dicen que los influenciadores que presentan los productos en un término medio, una realidad accesible pero todavía aspiracional, son los que más venden.

¿Y cómo le llamo a eso? La realidad editada. Eso es lo que inconscientemente buscamos todos nosotros cuando seguimos gente en Instagram… y eso es lo mejor que puede mostrar un influenciador para tener éxito en redes sociales.

La primera versión de Instagram tenía fotos de paisajes por un tubo; la segunda, fotos de comida por siete llaves. La tercera vino con la ola de influenciadores, llena de lookbooks. Ya la gente está cansada de ver lookbooks, y por eso, los que están destacando en esta cuarta versión son aquellos que equilibran su feed como equilibran su vida: todos tenemos intereses diferentes y estamos en sitios diferentes, y tenemos momentos diferentes. Si uno se pasa el día entero diciendo que amah su vidaaah o, por el contrario, se pasa el día entero diciendo que odiaaaaahhhh su cuerpppppoooohhh, la gente se va a hartar.

Nuestra cuenta de Instagram ya es casi como nuestra cédula: desde parejas potenciales hasta empleadores y posibles clientes nos buscan por ahí. Por eso, es una oportunidad de escoger un estilo de vida que nos apasione e irnos por ahí, pero de manera realista. Uno se puede ir por un nicho, pero debe validarlo y hacerlo real: sí, es bueno postear fotos semi-producidas el 70 por ciento de las veces, pero ese otro 30 debe darnos la posibilidad de reírnos de nosotros mismos, para que los seguidores sepan que detrás de esa iluminación favorecedora hay un ser humano que se faja.

Del 100 por ciento de mi vida comparto el 60 y guardo el 40

¿Por qué es importante equilibrar? Porque existe el riesgo de que la gente nos case con algo. Yo di tanto negroni por Instagram que la gente en la calle me ve con un vodka tonic y me preguntan si estoy bien. La gente que te ve por Instagram categoriza esa vida como la que llevas realmente, y es importante dominar el mensaje. Depende de cada uno de nosotros saber cuál es la variedad que nos conviene compartir, y qué tan honestos somos con esa variedad.

Por ejemplo, miren a mi favorita-del-mes Eva Chen. Ella podrá tener su vida fabulosa con sus vestidos Oscar de la Renta, pero de vez en cuando suelta un Story mostrando cómo su hija le vomitó encima, y cómo alguien le mandó un mensaje diciendo que su vida es el mejor anticonceptivo posible. Muchas mommy bloggers se la pasan diciendo que la vida con bebés es fantástica y perfecta, y eso nadie se lo cree. Eva Chen es un ejemplo perfecto de a qué me refiero con el equilibrio aspiracional.

Pero yo voy a ser cínico. Mi meta “de variedad” para mi feed de Instagram es saber guardar. Del 100 por ciento de mi vida comparto el 60 y guardo el 40. ¿Y ese 40? Mi deseo es que ese 40 no sea solo de trabajo pesado o de momentos tristes, sino que sea de momentos tan pero tan pero tan felices que esté tan distraído por la alegría que no me dé tiempo ni de pensar en sacar el celular. Y esa, creo yo, va a ser la quinta versión de Instagram.