Conocer un lugar por primera vez me causa una felicidad tan grande que me salen muelas nuevas para poder tener una sonrisa más grande y por más tiempo, sin importar qué tan lejos o cerca esté de mi cueva en Naco. Ahora nos tocó Chicago, un viaje que desde hace varios meses veníamos planeando un grupo de amigos. Me apunté sin tener ningún tipo de expectativa o haber realizado una investigación de para dónde iba… y esto es raro, porque los que me conocen saben que tanto para Maeno sin el Co como con el Co, planificar es esencial. Sin embargo, esta vez decidí ser espontáneo, llevarme del grupo y arrancar.

Todo viaje es una experiencia diferente, y lo que hace una experiencia memorable es la compañía, sobre todo si tienen cosas en común para poder disfrutarlas juntos. Muchos grupos viajan para conocer monumentos, para ir de compras, para meditar en otro aire, pero nosotros viajamos con una sola meta: LA COMIDA. Por más cosas que conocí y todo lo que caminé, lo que se me quedó en la mente fue todos los platos que probamos, todos los restaurantes que visitamos –y fuimos tan campeones que agregábamos restaurantes para hacer la merienda–. Aquí les dejo un corto listado de los lugares que pude documentar, ya que cuando ponían un plato en la mesa, no podías ni pestañar porque ya había desaparecido.

GIORDANO’S
Dicen que quien va a Chicago y no prueba la famosa stuffed deep dish pizza puede decir que no conoce la ciudad. Como saben que «Pizza» debió ser mi primero, segundo y tercer nombre, inmediatamente llegando al hotel dejamos las maletas y corrimos para Giordano’s. No hay forma de describir el sabor; solo puedo decirles que ese pie completo de pizza con doble corteza y queso en el centro es para caer preso por entrar de forma ilegal a la media isla 20 cajas en el equipaje de mano. Toma 45 minutos en hacerse y créanme, vale la pena la espera. Miren aquí debajo la prueba fehaciente:

PizzaGiordanos

THE PURPLE PIG
Cuando subes una foto a Instagram o Snapchat y todo el vivo que te da un like o un view te escribe “Ve a The Purple Pig”, lo mejor que uno puede hacer es obedecer. Como ocho buenos muchachitos arrancamos para este restaurante, donde nos sentaron en una mesa alta, y ahí empezó la dinámica: su manera de servir me encantó, porque todos los platos son pequeños, y así puedes probar de todo y en cantidades industriales. De todos ellos, mi plato favorito fue el pan de maíz bobota con queso feta, queso Mizithra y miel.

The Purple Pig

1 The Purple Pig
El pan de maíz bobota
2 The Purple Pig
Orejita de cerdo con kale, pimientos en vinagre y huevo frito
3 The Purple Pig
Terrina de pulpo con ensalada de papas y apio

AU CHEVAL
Siempre me quejaba de la gente que cada vez que prueba algo dice: «Esto es lo más bueno que he comido en mi vida» –es lógico que me moleste si lo dices a la hora de almuerzo, lo repites en la cena y ya se vuelve un himno y pierdes credibilidad–. Tomando eso en cuenta, es imposible que si te vas de viaje todo lo que comas sea mejor que lo anterior… pero en Chicago es así. Luego de comerme la ciudad completa, el cierre con broche de oro fue Au Cheval, un lugar famoso por sus hamburguesas. Pequeño, medio escondido, oscuro y para colmo con una espera de tres horas para entrar, pero tiene esa magia que solo la da la calidad y la pasión por hacer algo tan básico de una manera extraordinaria. Las fotos hablan por sí solas, porque yo solo les puedo decir que es memorable.

Au Cheval

1 Au Cheval
Pollo frito a la miel estilo General Jane, con chili, ajonjolí y cilantro
2 Au Cheval
Hamburguesa de queso doble con huevo y tocineta

Tacho de mi lista por conocer una ciudad que muchos creen que solo es viento y pizza, pero para mí fue mucho mas de eso: fue una experiencia gastronómica y cultural, donde aprendí sobre sus edificios y su historia. Lo que te llevas de todo esto, aparte de las libras de más, es poder compartir con un grupo de amigos que se vuelven tus cómplices no solo en la vida, sino también en la mesa.

Chicago con el tenedor

Categoría: Abul Santo Domingo
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