La paciencia es una virtud no muy dada a desarrollarse en mí. Cuando le digo a los clientes que para tener éxito el tiempo es vital, trato también de convencerme a mí mismo al momento de decirlo. Hoy puedo comprobar lo fascinante que es ver crecer un proyecto donde pones el corazón y termina siendo más grande que tú. Ese proyecto tiene el nombre de Start Young.
Empezó como una idea pequeña para que cuatro jóvenes pudiéramos inspirar a otros. Pero sobre todo, también contar esas historias que los filtros de Instagram no permiten ver, viviendo en un mundo donde las imperfecciones no se enseñan, y solo se puede compartir el selfie número 15 luego que ya pasaste por el proceso de Facetune y VSCO.
El pasado sábado reunimos 400 personas a escuchar sin interrupciones, con carcajadas, aplausos, llanto y mucha energía a los protagonistas de grandes proyectos y de muchos seguidores. Sin embargo, como toda historia tiene un principio y un proceso, no nos interesó saber el resultado final, sino cómo llegaron.
Luego de un viernes llenos de ensayos y de un montaje mucho más complejo que el año pasado, me dormí a la medianoche para estar en pie a las seis de la mañana, llegar al hotel y empezar la jornada. Nunca subestimen los nervios de un coordinador de eventos cuando no solamente te contratan para hacerlo, sino que también eres parte de los organizadores. Me senté en una silla, supe que no había más nada que hacer y arrancó el evento.
La mañana inició con María Conchita Arcalá, con su exposición titulada Tropieza cayendo hacia delante. Ahí aprendí que luego de llegar a un punto en tu carrera debes coger los proyectos que te apasionan, porque si no lo haces no pones el mismo empeño, por más que tu mente te lo exija. Aprendí que no todo se comparte en las redes sociales, y que cuando das un servicio, al no ser tangible tienes que saber valorarlo.
Karina Chez me enseñó a ver las cosas a otra escala, a entender desde muy por encima la importancia del planeta, y que un dolor de cabeza por el atraso de imprimir una invitación no se compara a los cientos de problemas que está viviendo el mundo.
Luis Delgado es más que un arte en una camiseta: es el tomarse un tiempo para leer una frase y saber lo inteligente, sencilla y poderosa que puede ser, y a la misma vez sacarte una sonrisa.
Lil Peláez me robó todos los chelitos. Tener el coraje de decir la verdad, de no aparentar lo que no se es y de luchar solo trabajando, para demostrar que un error no hace la esencia de una persona. Que una familia unida puede más que todo y que, al final del día, hay que agradecer lo que te da la vida, porque tú eres el que toma la decisión de qué hacer con eso, sea usarlo para tu beneficio o para tu derrota.
Massiel Almonte y Claudy Guzmán son la cara detrás de Yokomo. Un balance perfecto entre lo creativo y lo lógico, pocas veces he conocido un equipo que se complemente tanto para lograr el éxito. Utilizar oportunidades de actualidad para lograr ventas es una de las estrategias que más admiro, y en su caso, entendieron que para vender sushi no solo tienes que hablar de Japón.
Daniel Dalet y Abel Gonzalez tienen en sus manos el mejor aceite de coco del mundo, pero eso no quiere decir que inmediatamente ya tenerlo te hace grande. Aprendí que hay que intentar, y después de intentar, seguir intentando. Su producto Solococo se vende en la cadena de alimentos orgánicos más grande de EEUU, WholeFoods, pero lograron esto rompiendo los esquemas y haciendo lo que les dictó el corazón: enviaron una caja al presidente diciendo las palabras más claras y sencillas que se puede decir de un producto: “Este es el único aceite de coco del mundo hecho a mano. Pruébelo”.
Laura Amalia Fernández de Caramella fue una de mis favoritas, porque me identifiqué mucho con ella. Entendí que no hay que ser un duro en matemáticas para triunfar en la vida… es más, ni siquiera hay que ser un duro cocinando para hacer dulces. Lo que hay es que tener constancia y creatividad. Ella empezó quemando brownies y hoy sus dulces son venerados por todos los que los probamos una sola vez.
Al mediodía tuvimos un panel moderado por José Martín Morillo, quien con su gran sentido del humor, que complementa a la perfección con su gran profesionalidad, dio paso a cuatro expositores que estuvieron dando charlas el año pasado, para esta vez dirigir un panel sobre la persona detrás de cada marca.
Ahí estuvo Giovanni Bonarelli, un padrino de Start Young desde el principio, quien siempre nos abre las puertas para darnos un consejo y un apoyo. Lo que más me impresionó de su gran liderazgo fue como demostró que un apellido no necesariamente es lo que hace estar detrás de una marca, sino el amor y el trabajo hacia ella. Ahí te das cuenta de que los mejores ingredientes para Pizzarelli no son el queso y el tomate, ni ese increíble pepperoni de la Pepperonissima, sino el tocar vidas con una sonrisa o rodearte de expertos en cada una de las áreas para lograr un resultado sin desperdicios.
Una de mis compañeras en este proyecto, Dominique Barkhausen, renunció a su nombre para convertirse en Vita, e inspiró a cada uno de los que estábamos ahí cuando explicó que no es bueno confundir el bienestar o lo saludable con los cuadritos, que aplaude a la mujer con la figura que le tocó y cómo alimentarla correctamente, pero nunca obsesionada a no ser feliz con lo que tiene. Mis otros compañeros, Hamid y Luis de BodyIgnition, me enseñaron cómo puedes vender un producto usando el humor y la creatividad, conectando con tu público y siendo más que dos mancuernas.
Freddy Jana dejó a todos con la boca abierta, con 10 minutos sin desperdicios donde nos demostró la diferencia de cuando haces las cosas con la cabeza y no con el corazón.
Luego del almuerzo pasamos a seguir escuchando historias y empezamos la tanda de la tarde con Erik Malmsten. Tuve el privilegio de escuchar su historia mucho antes de Start Young, y fue cuando le dije: “Tú tienes que compartir esto”. Me enseñó que lo importante es tener una meta. En su caso era un motor, y trabajó hasta salir montado en él.
Mike Alfonseca le dio mucho mas sentido a la palabra “Espectacular”. Me enseño a dejar a los clientes con la boca abierta, pero saber explicar que una gran idea no se copia, sino que se transforma.
Andrés Augusto Aybar subió a ese escenario con algo muy claro: la importancia de inspirarse de los demás. Habló de cómo la admiración por el gran diseño le dio fuerza para él hacer lo mismo, plasmando un estilo y dejándole a sus clientes una gran experiencia.
De Nashla Bogaert aprendí que cuando se quiere, se puede. No hay obstáculos que no se puedan romper si tienes la meta clara. De un carro público a poder ser una de las personas más valoradas por su talento y su gran dominio de comunicación a un público que necesita un lenguaje honesto, creativo y sincero.
Los Bocao subieron casi finalizando el evento, y en ese momento fue que a todos nos dio hambre. Son un dúo comprometido con la excelencia, y más que nada, con la calidad. Aprendí que muchas veces es mejor guardar el comentario negativo y nunca vender tu contenido, y también saber buscar un ingreso que nunca ponga en riesgo tu libertad de expresión.
Terminamos el evento con un conversatorio que tuve junto a Fernando García, un dominicano co-director creativo de Oscar de la Renta y de su propia firma, Monse. Aprendí que no es el tigueraje lo que te hace triunfar, sino que el verdadero truco es no parar de trabajar, ser el primero en llegar y el ultimo en irte.
Start Young terminó y yo me paré de esa silla con ganas de hacerlo todo, mudarme de oficina, hacer una nueva estrategia de negocios, montar otra empresa, ser Superman. Pero luego, a los 10 minutos me volví a sentar y me dije que lo importante es disfrutar cada una de estas historias y poco a poco ir aplicándolas como si fueran consejos en mi disco duro cada vez que se me presente la oportunidad.
¡Hasta 2017!
Fotos: FotoRuido