New to Me

Resulta que la innombrable no se ha ido y hasta Juanita está en peligro, pero hay que luchar. ¿Quitarán el toque de queda? ¿Nos trancarán otra vez? Esas son preguntas que en estas fechas no podemos hacernos comiendo banana bread. Esto hay que contrarrestarlo con otro tipo de carbohidrato: el alcohol. Abrí mi WhatsApp y le pedí a la bodeguera Michelle Menéndez que me ayudara a escoger un vino de La Bodega para los diferentes escenarios que se puedan presentar estas navidades. Hay que pensar en todo.

Sierra Cantabria Reserva, Rioja RD$2,300.00

[1] Para empezar, tempranillo.

En mi casa decían que el estómago no tiene horario, pero el vino sí. Si te invitan a un almuerzo, no es lo mismo empezar a beber al mediodía que cuando cae el sol.

Valduero Una Cepa, Ribera del Duero RD$2,900.00

[2] Para los que se la juegan, una cepa.

Para los que tienen permiso o se creen Superman andando por la Lincoln después de las 9:00 p.m., aquí tu cepa.

Laurent-Perrier Cuvée Rosé RD$7,500.00

[3] Para los que cumplen el 26, burbujas.

Solo los que cumplen cerca de Navidad –un día después para ser exactos– saben lo que significa matar dos regalos con una moña. Me niego rotundamente a aceptar uno solo. Y si no me hacen caso, ahogo mis penas en burbujas.

San Vicente, Rioja RD$4,500.00

[4] Para los que se verán por Zoom, Domaine.

Como el vino no se puede pasar por la pantalla y este es el año de agradarte a ti mismo, esta es la mejor selección. No te tienes que preocupar porque tu tía se lo beba como agua.

Domaine Drouhin Dundee Hills Pinot Noir, Oregon RD$4,500.00

[5] Para los que vuelan, rezarle a San Vicente.

Unas vacaciones son necesarias. Si podemos dárnosla hay que dar gracias y si le tenemos miedo a los aviones, hay que llevar de contrabando un San Vicente. Es tan bueno, que la lucha vale la pena.

Esto es un contenido comercial de La Bodega. Precios con impuestos incluidos.
Ilustración: Jessica Arias

Me desperté así

¿Ustedes han oído a esas personas que dicen que no les gusta que les inviten a fiestas donde hay que complicarse? En mi mundo esa es una persona non grata, porque una de las cosas que más disfruto es crear toda una producción alrededor de un concepto, y si encima de eso termina en un disfraz, eso es el equivalente a darme un pote de Nutella cero calorías.

Aquí les tengo un ejemplo: unos buenos amigos, Javier Fernández e Ivana Bogaert, se casan en unas semanas, y el tema de una de sus despedidas era recrear un personaje de los 90. Al principio se oye fácil, porque muchos estamos acostumbrados a vestirnos de alguna época, pero esto fue diferente: era  escoger una persona y recrearla en ese momento de la historia en la que honestamente los hombres como que no invertían mucho en estilo. Sin embargo, busqué la forma de hacer lo que mas me gusta: producir.

Siempre que quiero cualquier cosa de cualquier época –o mejor dicho, siempre que quiero lo que sea– acudo a La Doña del Moño, alias mi mamá: ella tiene el don de guardar, y no solamente eso, también de cuidar. Cuando le dije que me iba a disfrazar de Michael Jackson, inmediatamente abrió gavetas y de ahí empezó el rey del pop a coger color –o mejor dicho, a perderlo–. Luego de definir el personaje llamé a Cromcin Domínguez, la diseñadora que hace todos los vestuarios para las producciones de Maeno & Co, y le mandé todas las referencias de la chaqueta que quería. Para variar, la hizo a la perfección. Al entregármela sabía que tenia que volver donde La Doña del Moño para accesorizarla: en ese momento me sugirió agregarle una aplicación en la manga derecha, y un broche con 14 monedas doradas que colgaban de mi hombro derecho, y al cual le debo un dolor de espalda que duró 14 horas –una hora por moneda–. A todo esto le agregamos unos famosos aviadores Carrera de la época.

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Mi broche asesino de 14 monedas con los Carrera & Carrera Porsche Design aviators vintage

Ya con el atuendo listo caigo en la cuenta de que esto ha cogido un nivel de producción que debe ser compartido y disfrutado por más tiempo de lo que dura una fiesta, así que arranqué a conceptualizar un «hair-and-makeup pre-drinks» en casa. Ahí invitamos a  Carlos y Michèle, a Mariano y Crystal, así como a los padres de #MonbebeMilo, antes conocidos como mis vecinos Nassim y Mónika.

Cuando juntas gente que quieres, te pones a brindar con El Catador y para colmo hay maquillaje de Cary Michelle y peinado de Camelia Almonte para entrar en personaje, definitivamente… you remember the time.

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Ramón Emilio de Puff Daddy junto al Rey del Pop (o sea, yo)
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Todos pensaran: «¿De dónde sacó Ramon Emilio ese abrigo de pelos? Pues les cuento que estaba en su clóset, ya que era de su papá. Completó el look con cinturones de La Doña del Moño.
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Mónika y Nassim como Maude Lebowski y The Dude de The Big Lebowski
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Crystal y Mariano como Trinity y Neo de The Matrix
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Carlos como el Zack Morris de Saved by the Bell y Michèle como la Cher Horowitz de Clueless
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Todos en personaje
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Brindando con un Chateau St. Michelle Riesling y un D. Pedro Albariño (ambos disponibles en El Catador).